Nuevo Rasputín tiene dos esposas, predica en Siberia y se cree Jesús

Con la plata que le donaron sus adoradores, fundó un pueblo, la “Ciudad del Sol”, enclavada en un monte en plena estepa siberiana.

Siberia, 8 Jul.- No es mala idea. Que la segunda venida de Jesús ocurra en Siberia y que sus principales apostoles sean intelectuales decepcionados con la caída de la Unión Soviética, que le entregaron todo su dinero al hijo de Dios. Esta es la historia de Sergei Torop, un ex policía de tránsito que hace 14 años sintió el llamado y se autodeclaró el nuevo mesías.
La revista alemana “Der Spiegel” visitó el sitio del suceso, en plena estepa siberiana y en un día en que la temperatura mostró sus filosos dientes con 30 grados bajo cero. Allí apareció el próspero pueblo de Krasnojarsk, a 4.000 mil kilómetros al este de Moscú, levantado sobre un monte con el dinero de los fieles del gurú: es la llamada “Ciudad del Sol”, donde viven alrededor de 100 personas. Ella se ubica en una región del porte de la mitad de Suiza en la que hay alrededor de 40 asentamientos, más bien rústicos, donde habitan los demás feligreses.
Bueno, desde toda esta región siberiana parten los fieles cada domingo para escuchar la prédica del mesías. Aunque para llegar a él la situación es espinosa. Porque no hay camino para autos, así que que hay que caminar largamente mientras el frío azota los huesos.
Sin embargo, no es la primera vez que un fenómeno así ocurre. En una de las biografías de Rasputin, el astrólogo farsante y sexópata consejero de la familia real rusa antes de la revolución de 1917, se explica cómo este personaje salió también de Siberia. Porque Siberia es un territorio tan vasto, con pueblos tan perdidos, un clima espantoso, y una fe tan terrible, que forja hombres duros con un fuerte magnetismo, que un día se sienten llamados por Dios y parten a las ciudades convertidos en pastores de hombres o, simplemente, en charlatanes.

Plantas tropicales
Durante la prédica de Sergei, se habla de que estamos en el año 44 de la era de la flor, precisamente la edad que él tiene. Y cuando concluye, todos se arrodillan a su alrededor siguiendo un estricto orden. Adelante, sus apóstoles -ex miembros del ejército rojo soviético e intelectuales- y más atrás los jóvenes.
Para explicar su santidad, un joven alemán consultado por la susodicha revista contó que el maestro le había sanado una infección estomacal en un santiamén. Su vocero, Igor Nowikow, habla de otras señales. Se pregunta cómo es posible que en una de las casas del poblado, la única calefaccionada, crezcan plantas tropicales. Y agrega: “Cuando sobrevenga el cataclismo climático, aquí sobrevivirán estas especies vegetales que salvarán al mundo”.
“Der Spiegel” quiso conocer más de cerca a Sergei Torop y fue hasta su casa imperial. De fondo aparecían dos mujeres, sus dos esposas, de 44 y 16 años, y en alguna parte merodeaban sus cinco hijos. Le preguntaron cómo se dio cuenta de que era la reencarnación de Jesús. Y él contestó: “Emociones profundas. Para ello no hay explicaciones”.
Alexander Dvorkin, un especialista en sectas de la iglesia ortodoxa rusa, declaró en 1999 al diario británico “The Observer” que él pensaba que esto se convertiría en un suicidio en masa. Algo que aún no ha ocurrido. Andrei Zhigalov, quien filmó un documental para la BBC, lo descartó: “Él no es un charlatán. No puedo imaginar que la gente que vive con él cometa suicidio, porque se ven tan felices, saludables y optimistas”.

Tomada, con sus reservas, del Ultimas Noticias de Chile